El sur argentino es un lugar repleto de misterios. Ello
se debe a sus enormes encantos naturales, que se acentúan con la imponente
presencia de cerros y montañas, la sobrecogedora presencia de bosques de todo
tipo de vegetación y los incontables ríos y lagunas que bañan todas sus
extensiones. Tales características se acentúan cuando te acercas a la
Antártida, dado que el clima, los glaciares y su deshielo transforman la región
en una reserva de una riqueza inigualable.
Es por ello que, si decides visitar Tierra del Fuego, no
puedes dejar de alojarte en Ushuaia, la ciudad más encantadora de esas
latitudes. La razón para que lo hagas tiene que ver con la presencia del Parque
Nacional, una extensión de bosques y ríos que te cautivará con su innegable
exoticidad.
De hecho, entre todas estas tierras, es posible encontrar
un espectáculo acuático natural único y muy peculiar que te maravillará.
Estamos hablando de los saltos del Río Pipo, una serie de cascadas y caídas de
agua que te permitirán disfrutar de un incansable y magnífico danzar. Por
supuesto, tales saltos no se constituyen en atracción por si solos, sino que se
encuentran enmarcados en la interminable belleza del lugar.
De este modo, el presenciar los saltos es solo parte de
una experiencia silvestre mucho mayor. Ello se debe a todo el recorrido que
deberás realizar para alcanzar el espacio en donde ellos se encuentran. Tu
caminata comenzará en el propio Parque Nacional de Tierra del Fuego, en donde
deberás emprender los 5 kilómetros que separarán la entrada del mismo del
cautivante cañadón del Toro.
En tal sentido, contarás con dos opciones para llegar
allí. O bien caminas esa distancia mientras observas y admiras los alrededores
o bien te subes a un vehículo y llegas a tal lugar. Sea cual fuere la opción
por la cual finalmente te decantes, te encontrarás con el nacimiento de un
sendero que deberás recorrer para llegar finalmente a los saltos.
Tal camino es otra de las maravillas con las que te
toparás, ya que el mismo bordea el río Pipo durante una extensión de 300
metros. Aquí, la caminata es gentil y poco desafiante, por lo que esta aventura
se presenta como una buena alternativa para una actividad que toda la familia
puede emprender junta.
Finalmente, y luego de caminar ese centenar de metros,
llegarás a las pequeñas cascadas que dan nombre a este atractivo turístico. Si
bien las mismas no se destacan por ser imponentes como otros saltos que se
encuentran en el país, su dinamismo y circulación resultan hipnóticos para
cualquier persona que llegue allí. Por ello, no puedes olvidarte tu cámara
fotográfica, ya que allí conseguirás postales únicas de una visita a un lugar
sin igual.
Por todo lo dicho, no puedes dejar de emprender este
breve pero sobrecogedor recorrido entre la hermosa vegetación fueguina. Tu
recompensa serán los Saltos del Rio Pipo, un calmo y encantador espectáculo que
te cautivará con tu serenidad y te brindará un lugar ideal para el descanso y
la reflexión, apartado del ajetreo diario.
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