Salta
constituye uno de los destinos turísticos más convocantes que el país tiene
para ofrecer. Esta fascinante provincia se encuentra en el noroeste argentino y
a 1600 kilómetros de Buenos Aires. Salta
limita con seis provincias argentinas y con tres países, conformando así uno de
los lugares que más vecinos posee.
Los
atractivos de Salta son muy variados donde los turistas disfrutan a
diario de las maravillas que la naturaleza brinda como así también los
distintos sitios con la mejor arquitectura colonial que resalta los valores
históricos de Argentina.
Si
hay algo que caracteriza a Salta es la gran cantidad de festejos y festivales que
se realizan venerando las tradiciones norteñas como así también la fe
cristiana. Año tras año en el mes de septiembre Salta vive una de las
celebraciones más importantes y populares de la fe católica. La fiesta
principal al Señor y Virgen del Milagro se realiza en honor a estos dos
Santos que en un pasado fueron parte del terremoto que azotó a Salta.
Es una celebración en donde una
gran cantidad de fieles de todas partes del país se dan cita cada septiembre en
la provincia para recorrer las calles salteñas junto con las imágenes de los
Santos.
En medio de esta fiesta
religiosa se saca la imagen de la Virgen y luego la del Señor del Milagro que
están expuestas en la Catedral Basílica Mayor. En esta oportunidad cientos de
miles de personas emprenden camino hacia el monumento 20 de febrero donde el
arzobispo de Salta pronuncia la tradicional homilía y oración de la Renovación
del Pacto de Fidelidad.
Historia de la fiesta
La leyenda cuenta que el 13 de
septiembre de 1692 un fuerte sismo devastó la antigua capital salteña, ciudad
de Esteco, que alcanzó a destruirla casi por completo. En aquella oportunidad
encontraron la imagen de la Inmaculada Concepción de María, ahora llamada
virgen del Milagro, en el suelo de la iglesia
pero no presentaba daños en su rostro y manos. La tradición relata que
perdió sólo los colores del rostro.
Al otro día las autoridades
dejaron la imagen de la virgen en el exterior de la Iglesia Matriz para que los
fieles tuvieran la oportunidad de venerarla. Fue allí cuando comenzó el milagro,
ya que la virgen continuó cambiando los
colores de su rostro. A partir de ese momento la llamaron la Virgen del
“milagro”.
Por otra parte según la
tradición el Cristo Crucificado que pasó por varios obstáculos hasta llegar a
la Iglesia Matriz de Salta, lo tenían sin devoción y sin sacarlo en procesión.
Además según la leyenda católica el Santo Cristo, que luego se llamaría Señor
del Milagro, perdonó a Salta a pedido de la Madre de Dios del Milagro.
Luego de este suceso los
jesuitas liberaron al Cristo y lo expusieron frente a la Iglesia de la Compañía
de Jesús. En medio de los fuertes temblores, los feligreses salteños sacaron en
una procesión a la imagen del Santo pidiéndole que terminara la difícil
situación por la que estaban pasando. Y al día siguiente los temblores
finalizaron. A partir de ese momento se lo comenzó a llamar el Señor del
Milagro.
Por este motivo desde 1692 en
cada septiembre los fieles se reúnen para venerar y agradecer a los dos Santos.
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